1. Encargar un estudio de la cubierta plana a un técnico colegiado. Antes de iniciar la rehabilitación, es impor-tante conocer las características y el estado real de la cubierta para identificar sus necesidades. Si el edificio es anterior a 1980, fecha en la que apareció la primera norma en la que se fijaban unos mínimos de aislamiento térmico, seguramente carezca de ello. Y si el bloque es anterior a 2006, año en el que se publicó el Código Téc-nico de la Edificación, tendrá un aislamiento insuficiente. 2. Reflexionar sobre los beneficios que ofrecen las cu-biertas sostenibles. Previo a realizar el diseño, es clave conocer las ventajas y posibilidades que tiene la cubierta de un edificio, ya que, además del ahorro energético, la reducción del efecto “isla de calor” y una mayor resis-tencia y durabilidad a la estructura, se pueden potenciar sus prestaciones, evitando patologías, y descubrir nue-vos usos (instalación de placas fotovoltaicas, creación de jardines o huertos, etc.). 3. Buscar la solución óptima. Cada cubierta a rehabi-litar necesita su propia solución ajustada al estado en pROcesos y materiales