Tiffany & Co. / cultura das transparentes y ondulantes inspirada en los sensua-les diseños de Elsa Peretti. Una tienda para futuro. Esta renovación se ha llevado a cabo con una visión sostenible de la construcción, lo que ha supuesto una importante inversión. En este sentido, se espera que The Landmark consiga los cer-tificados LEED Oro y WELL Platino. Para conseguir el primero, en la reforma de este edificio se han imple-mentado medidas de reducción de carbono como la recolección de agua de lluvia, la iluminación 100% led y la obtención de electricidad 100% renovable. Respecto a la certificación WELL Platino, también se han puesto en marcha varias iniciativas, como el uso de sistemas avanzados de filtración del aire, o el asesoramiento en salud mental y las opciones de comida nutritiva elabo-rada con productos de cercanía para los empleados. En palabras de Anthony Ledru, director ejecutivo de Tiffany &Co., esta nueva tienda “es el símbolo de una nueva era. Nuestra tienda insignia reinventada no solo es un centro cultural en el epicentro de la ciudad de Nueva York, sino que también establece un nuevo estándar para el comercio minorista de lujo a escala mundial”. • Inspiración artística © Cindy Ord/Getty Images Inspiración artística No hay más joyerías que puedan jactarse de protagonizar una novela de Truman Capote y pocas cuentan en su historia con exitosas películas que la han convertido en escenario de sus tramas. Porque, además de Desayuno con diamantes (título que recibió en España el filme dirigido por Blake Edwards en 1961, con Audrey Hepburn como estrella), ha sido plató de Sleepless in Seattle (Algo para recordar en España, con Meg Ryan y Tom Hanks, en 1993) o Sweet Home Alabama (estrenada en 2002 y con Reese Witherspoon encabezan-do el reparto). Y ninguna otra puede presumir de contar con piezas tan escandalosamente lujosas como el llamado Tiffany Diamond, un diamante amarillo descubierto en 1877 en las Minas Kimberley de Sudáfrica y que fue comprado por el fundador de Tiffany & Co., creando la reputación de la marca como una autoridad en lo que a diamantes se refiere. Lo lució Hepburn en la promoción de su película (no así en el rodaje, por cuestiones de segu-ridad); después, Lady Gaga en la ceremonia de los Óscar en 2019; Beyoncé también pudo sentirlo sobre su piel en la campaña About Love de la propia firma, mientras que Gal Gadot lo llevó en alguna secuencia de Muerte en el Nilo, en 2022. A pesar de estar valorado en unos 30 millones de dólares, el diamante no está a la venta. Eso sí, el común de los morta-les podemos soñar que es un poco nuestro al visitarlo en el número 610 de la Quinta Ave-nida, donde se exhibe como un reclamo turístico más. Ya se sabe, fantasear es gratis. Holly Golightly tenía toda la razón: en Tiffany, nada malo puede suceder… © FilmPublicityArchive/Getty Images