arquitectónico (columnas, estatuas, relieves) para alcan-zar el resultado proyectado, conjugándolas con otras pro-blemáticas añadidas como su antigüedad, la tipología de suelo (antiguo a veces, nuevo o gravas en otras), o los ca-minos de los visitantes (que pueden moverse libremente por casi la totalidad de los templos). Todo ello llevó a una conclusión clara: los equipos de iluminación debían ir instalados sobre el suelo, tanto por razones de iluminación como por razones de conserva-ción. Realizar una instalación en superficie que se integrara lo más posible en el monumento llevó a adoptar los si-guientes parámetros: • Evitar el uso de canaletas o cableados visibles. La instalación de cableado se realizó bajo suelo siempre que fue posible. En los casos en los que se trataba de suelo restaurado con piedra nueva, esta se levantó y colocó de nuevo, igual que en aquellos en los que el suelo era de material granular suelto. Cuando se trataba de pie-dra faraónica antigua, se emplearon las juntas entre ellas para distribuir el cableado, utilizando un único cable de la menor sección posible. En cualquier caso, por razones arqueológicas, la instalación no podía tener más de 25 cm de profundidad. •Selección de equipos de iluminación de dimensiones lo más reducidas posibles que, en comparación con la es-cala del elemento a iluminar, resultaran lo más pequeños posibles. • Desarrollo de cubiertas artísticas a medida para cada tipo de proyector, que los protegiera y ayudara a mimetizarlos en el entorno. Para lograrlo, las cubiertas imitarían la piedra del templo, tanto en textura como en color. Además, dichas cubiertas deberían ser fabricadas en un material adecuado para soportar las condiciones ambientales extremas, y ser ligeras para facilitar su ma-nipulación durante la instalación y el mantenimiento, así como su transporte en barco desde España. Como cada templo está construido con una piedra con ligeras varia-ciones en el color, se desplazaron desde España especia- pROcesos y materiales la climatología de egipto obligaba a que los equipos estuvieran preparados para soportar temperaturas de hasta 50 ºC, tormentas de arena y lluvias torrenciales