Una inversión rentable. Certificar un edificio conlleva una inversión, dado que en su construcción hay que tener en cuenta una serie de aspectos como la procedencia de los materiales (si son locales, provienen de una edificación anterior en caso de la rehabilitación, etc.) o los sistemas constructivos empleados. Y lejos de ser cara, esta inver-sión va a tener retornos importantes, puesto que, además del ahorro que supone un edificio que cuenta con medidas pasivas de consumo de energía, este hecho será determi-nante para los potenciales compradores, que verán que su dinero sirve para financiar una inversión de calidad, a la que hay que sumar la mejora del ambiente interior de esa vivienda u oficina. “Respecto al retorno, por parte del pro-motor los puntos más destacados serían la revalorización del activo, ya que se trata de un edificio mejor construido, la diferenciación frente a la competencia, el posiciona-miento como empresa responsable con la sostenibilidad y el acceso a financiación verde tanto pública como privada. Además, si se trata de un inmueble orientado al alquiler de sus espacios, como un edificio de oficinas, un centro co-mercial o una promoción residencial en modalidad build to rent, los últimos estudios independientes realizados acre-ditan que se consigue una mayor tasa de ocupación y que se percibe una mayor renta por el alquiler de los espacios”, señala Javier Torralba. En el mismo sentido se expresa Da-niel Sánchez: “Para los promotores, la certificación supone un nivel más de revisión sobre la construcción y proyecto, resultando un edificio construido de mayor calidad y, por lo tanto, menores costes de postventa y clientes, más sa-tisfechos. El coste de la certificación es mínimo y se puede estimar en una cifra en torno al 0,5%-1% del presupues-to de ejecución material (PEM), mientras que los benefi-cios que aporta son numerosos, especialmente para los usuarios, pero también para todo el equipo encargado del proyecto y ejecución del edificio”. Y es que cada vez más se confirma la certeza de que “certificar un edificio no solo conlleva un ahorro en los costes de consumo. Hay aspec-tos cualitativos, que no cuestan dinero, como el bienestar de los usuarios, la iluminación natural, el confort climáti- Certificaciones / sector en un contex-to de crisis ener-gética como el actual, las cer-tificaciones de sostenibilidad son cada vez más necesarias