pROcesos y materiales Fase 1: evaluación de la percepción de los ocupantes sobre la calidad ambiental interior. Las respuestas de los ocupantes sobre las condiciones ambientales del edificio son analizadas mediante un cuestionario que se basa en las recomendaciones para la evaluación de la calidad am-biental interior recogidas en las normas UNE-CEN/TR 16798-2:2019 y UNE-EN ISO 28802:2012. Se utilizó una escala Likert de 7 puntos para evaluar la percepción ambiental interior de los ocupantes: el voto de sensación térmica (TSV, de -3 para “frío” a 3 para “calor”), el voto de sensación acústica (ASV, de -3 para “muy ruidoso” a 3 para “muy silencioso”) y el voto de sensación de ilumi-nación (LSV, de -3 para “muy luminoso” a 3 para “muy os-curo”). Además, se preguntó a los ocupantes si estaban satisfechos con el entorno térmico, acústico y lumínico interior, con una escala que iba de -3 (“muy insatisfecho”) a 3 (“muy satisfecho”), siendo 0 una valoración neutral. Simultáneamente a las encuestas, se realizó la me-dición de las variables físicas del ambiente interior me-diante sensores. Este proceso permite relacionar las valoraciones subjetivas de los ocupantes (satisfacción y sensación térmica, lumínica y acústica) con las variables objetivas (temperatura, iluminación y nivel de presión sonora). Como resultado se obtiene una categoría de valores que permite establecer un rango de confort para cada variable. Fase 2: monitorización de la calidad ambiental interior. En esta fase se realiza la monitorización de las variables interiores mediante sensores colocados en las aulas. La monitorización se lleva a cabo de forma continua durante todo el curso académico. Además, se tienen en cuenta la ocupación y el tipo de actividad que se realiza en las aulas. Fase 3: evaluación de la calidad ambiental interior y de la probabilidad del riesgo de infección por virus de transmi-sión aérea. Los datos obtenidos en las fases 1 y 2, junto con los datos geométricos contenidos en el modelo BIM, se utilizan como entrada en esta tercera fase. El proceso de evaluación se divide en dos partes: en primer lugar, se efec-túa la evaluación del riesgo de infección por virus en el aire. En este sentido, se consideran las medidas aplicadas por los gobiernos para contener la transmisión de la covid-19 en espacios interiores. La probabilidad de riesgo de infec-ción (P) por el virus SARS-CoV-2 durante las actividades docentes en los edificios educativos se calcula mediante el modelo de transmisión de enfermedades por vía aérea de Well-Riley (véase la ecuación mostrada a continuación). Donde Ci es el número de ocupantes que desarrollan la infección, Cs es el número de ocupantes susceptibles, I es el número de infectantes, q es la tasa de generación de quantum (h-1), p es el tasa de ventilación pulmonar de las personas susceptibles, t es el tiempo de exposición (h), y ACH es el número de renovaciones de aire por hora (h-1). Este modelo asume una concentración de partículas in-fecciosas en estado estacionario que varía con la tasa de ventilación. En segundo lugar, se realiza la evaluación de las con-diciones ambientales interiores. Para ello, se utiliza la información obtenida en la fase 1 para determinar si los alumnos están satisfechos. En este proceso se comparan las variables interiores medidas durante la actividad do-cente en el aula con los valores indicados como adecua-dos por los ocupantes (los alumnos). Fase 4: visualización e informes de la evaluación. Los resultados obtenidos en la fase 3 se muestran a los gestores de las instalaciones a través de dos formatos diferentes: los resultados se exponen en la interfaz del software BIM y en un informe. Caso de estudio. El marco de trabajo desarrollado ha sido implementado en un caso real para ilustrar su apli-cación. El edificio docente seleccionado es el Politécnico de la Universidad de Granada. La figura 2 muestra una imagen de la clase seleccionada en el modelo BIM del edi-ficio. En concreto, se ha seleccionado el aula 110 en el día 23/05/2022, cuya planificación de la actividad docente se muestra en la tabla 1. Los resultados obtenidos de la evaluación de la ca-lidad ambiental interior en el aula 110 se muestran en la figura 3. Los colores verde, azul y rojo indican que las variables están en los rangos óptimo, aceptable e inacep-table, respectivamente. El color gris indica que no hubo clase durante ese periodo del día. En el caso analizado, las condiciones térmicas interiores fueron aceptables durante la primera clase (Clase A) e inaceptables durante la Clase B y C. En cuanto a las condiciones acústicas in-teriores, estas fueron inaceptables durante la Clase B-C y óptimas en la clase A. En cambio, las condiciones de iluminación interior fueron aceptables durante la clase A y óptimas durante el resto de asignaturas de ese día. Las tasas de ventilación y la estimación de la probabilidad de transmisión del virus SARS-CoV-2 suponiendo dos esce-narios –un estudiante infectado y el docente infectado– se muestran en la figura 3. En el gráfico, el color verde indica que el porcentaje de probabilidad de transmisión del virus por el aire es inferior al 1%. Por el contrario, el color rojo indica que el porcentaje de probabilidad de transmisión es superior al 1%. En este caso, los resulta-dos obtenidos indicaron que la probabilidad superaba el 1% solo durante la primera clase (9:30-11:30) y asu-miendo el escenario en el que la persona infectada era un docente. Conclusiones. Una de las principales ventajas que pro-porciona este sistema es la capacidad de incorporar in-formación relativa a la calidad ambiental interior en los modelos BIM. Como resultado de este proceso, se eli-mina la necesidad de recopilar esta información desde distintas plataformas, constituyéndose una base de datos única y centralizada. La metodología propuesta fomenta el uso de los modelos BIM a lo largo de la fase de ope-ración del edificio, ampliando su potencial más allá de la fase de diseño. Por otro lado, el marco evalúa automáticamente el confort acústico, lumínico y térmico de los ocupantes a partir de la lectura de los datos de los sensores y muestra los resultados en la interfaz del software BIM. Esto per-mite reducir el tiempo requerido en el procesamiento de datos al no necesitar la transferencia de información a otros programas o plataformas. Como resultado, este proceso proporciona información valiosa para la gestión del edificio y la planificación de las diferentes asignaturas y aulas. Cabe destacar que la evaluación de las condicio-nes ambientales se basa en la propia percepción de los ocupantes y que, por lo tanto, los resultados muestran problemas reales de insatisfacción. Los técnicos encar-gados de la gestión del edificio pueden utilizar estos re-sultados para apoyar el proceso de toma de decisiones y mejorar el rendimiento del mismo. Finalmente, debe destacarse que la gestión de la cali-dad del aire se ha convertido en un aspecto crítico tras la pandemia de la covid-19 y que garantizar una buena ven-tilación de los espacios educativos es un reto en la actua-lidad. Este estudio presenta un marco integrado en BIM para evaluar las condiciones ambientales interiores y la probabilidad de infección por virus transmitidos por el aire, como el virus SARS-CoV-2, una información crucial para rediseñar los protocolos y minimizar el impacto de condiciones ambientales inadecuadas sobre los ocupan-tes de los edificios. • El autor de este artí-culo es beneficiario de las ayudas a doctoran-dos que, anualmente, promueve el CGATE. Más información sobre estas ayudas aquí.