cubriendo los salientes de los paramentos y los alféiza-res. Por su parte, este último elemento (alféizar) es la vuelta o derrame que hace la pared en el corte de una puerta o ventana (tanto por la parte de adentro como por la de afuera), dejando al descubierto el grueso del muro (si bien se asocia normalmente con la parte baja del reborde de las ventanas). Así pues, constructivamente, siempre que tengamos un hueco tendremos alféizar, pero no siempre viertea-guas. Cuando se dé esta circunstancia (la no existencia de vierteaguas), deberemos considerar esta solución como muy poco adecuada, además de contraria a la normativa actual. Normalmente existen dos motivaciones para reali-zar este encuentro de forma errónea: - Ciertas costumbres constructivas que hacen que no se cuiden los puntos singulares en fachadas. - Las debidas a condiciones del diseño de algunos pro-yectos que priorizan “otros aspectos estéticos”. En la actualidad, tenemos la exigencia del Código Técnico que indica que siempre que la carpintería esté retranqueada respecto del paramento exterior de la fa-chada deben rematarse los alféizares con un viertea-guas. La disposición de este elemento constructivo po- Figura 3: esquema de vierteaguas sobre fachada. p b a s v MUSAAT / pROFESIÓN