URBANISMO gar, descubriendo una superficie con unas características inéditas, ya que, junto al mar, elevarse unos metros supone alargar nuestro horizonte una gran distancia. Sobre esta pla-taforma se disponen unas formas nuevas, sencillas, ilusorias y cargadas de imaginación. Cuando proyectamos, tratamos de dar forma a lo que no existe, el objeto de un proyecto es el resultado de dotar de forma a un argumento planteado. A lo que existe tan solo podemos transformarlo y en el lugar se interviene alterándolo. De esta manera, surge un mundo diferenciado –el del lugar y el del objeto– con dos verbos propios, transformar y formar. El origen de la vela latina en Canarias se remonta posible-mente al siglo XIV, en los tiempos en los que, en Lanzarote, existió un pequeño puesto comercial genovés. La mayoría de las representaciones de aquella época de barcos arribando a Canarias son de vela latina, que costeaban en ceñida la costa africana. Hoy, las regatas son ampliamente seguidas en Gran Canaria y cuentan con una fuerte tradición. En homenaje a esta tradición, para este proyecto se extrae la geometría básica de la vela latina. Ambigüedad y perspectiva. La geometría triangular vibra y se desplaza para reaccionar ante los condicionantes del entorno. Dichos factores marcan las direcciones dominantes planta general La zona central de este frente marítimo cuenta con dos marquesinas que juegan con el efecto espejo