CULTURA / Espejos El material que se convirtión en arte la protagonista de Alicia en el país de las maravillas ima-ginaba cómo sería la vida en aquel mundo reflejado, no hacía más que poner en palabras la fascinación que, desde siempre, los espejos han producido en la humanidad como objeto de lujo y fantasía. Y aunque traspasar sus fronteras sea del todo imposible, parte de razón tenía el personaje creado por Lewis Carroll, algún modo habrá de entrar al otro lado del espejo: por suerte, el uso arquitectónico, de-corativo y artístico que hagamos de él se ha convertido en la mejor llave para lograrlo a lo largo de todas las épocas. Elemento tan práctico como casi mágico, gracias a sus re-flejos, el espejo permite fragmentar el espacio, jugar con la luz, maximizar o reducir escalas y efectos, así como crear ilusiones hasta el infinito. ¿Cómo no rendirse, como hizo la propia Alicia, a su hipnótico poder? Un poco de historia. Los espejos acompañan a la huma-nidad desde tiempo inmemorial. De hecho, los primeros encontrados (hechos en pequeñas superficies de piedras y metales pulidos) datan del año 6000 a.C. En el siglo Ihay constancia de que ya se usaba el vidrio para fabricar espejos, aunque no sería hasta el Renacimiento, gracias a los artesanos venecianos, cuando empezaron a elaborarse como hoy los concebimos: aplicando un fino respaldo me-tálico (entonces, mayoritariamente plata) a una lámina de cristal. Su alto precio los convirtió en objeto de deseo de quienes querían evidenciar su posición social; así, palacios y caso-nas aristocráticas comenzaron a decorarse con ellos. Las primeras galerías de espejos, allá por el siglo XV, se ubi-caban en los pasillos que conducían a las capillas; poco a poco, los espejos fueron adueñándose de habitaciones más mundanas, como salones para recibir, salas de baile y otras dependencias de postín. Y así, ya en el Barroco, aquellas estancias fueron el epítome del lujo extremo, añadiendo a la belleza de los propios espejos (adornados con rocallas y otros elementos en pan de oro) la de muebles, candela-bros, obras de arte e incluso, paisajes exteriores que se reflejaban en ellos. Literatura, pintura y otros formatos artísticos han encontrado en el espejo objeto de inspiración alicia A través del espejo, de Lewis Carroll, según la ilustración clásica de John Tenniel. Izquierda, el Mercado dels Encants Vells (Barcelona). © getty images