acompañados, personas que no en-tienden nuestro idioma, personas en silla de ruedas, que utilizan bastones o con dificultades de visión u oído. J. L. Q. G.: Probablemente, los más habituales sean tener que utilizar en-tradas secundarias diferentes a las que usa el resto de las personas, de-pender de ayudas para llegar a cier-tos espacios, e incluso no poder llegar a ellos. Pero también existen otros, como la desorientación o el riesgo de sufrir tropiezos que pueden padecer las personas con discapacidad visual, etc. Estas situaciones discriminatorias entorpecen la aproximación, el acce-so y los recorridos naturales de las personas discapacitadas en los mo-numentos. Además, alteran la forma en la que los utilizan y el modo en que perciben sus significados, respecto a las personas sin discapacidad. ¿Todos los espacios deben ser obligatoriamente accesibles? J. A. A. C.: Se debe favorecer en lo posible la accesibilidad completa al monumento, sin que ello suponga el menoscabo de sus va-lores patrimoniales. J. L. Q. G.: No, porque si la accesibilidad a todos los espa-cios fuese obligatoria, prevalecería sobre los valores patri-moniales, lo que provocaría que, en ocasiones, las obras, estructuras o instalaciones necesarias para alcanzarla los dañaran de forma irreversible. A. B. C.: Si entiendo espacios como edificios, sí, deben ser accesibles. Una edificación que no cumple las condiciones de accesibilidad es una edificación no diseñada para las perso-nas. Y si no es accesible, no es arquitectura, es escultura. Si SECTOR / Accesibilidad y patrimonio